¿Cuál es nuestra filosofía del vestir, cuando de decidir se trata?
Te ha podido pasar no solo una sino varias veces que al elegir un atuendo para un evento que genera altas expectativas este no haya correspondido a los objetivos que te proponías alcanzar. ¿Por qué habiendo puesto todo nuestro mejor empeño nos puede ocurrir esto?
By Clara Sierra
Aunque se haya hablado mucho del tema sobre el atuendo usado por nuestra primera dama en su visita a la Casa Blanca, la cuestión en sí no se ha logrado abordar porque no es un asunto de gustos y mucho menos nada personal con nuestra Primera Dama. Es más, sobre reflexionar sobre cuál es nuestra manera de pensar cuando de vestir se trata. Esta podría estar muy condicionada por las tendencias de la moda y la creatividad de los diseñadores o podría dar más importancia a la persona y la posición que esta ocupa. ¿Pero cuál de las dos sería más consistente a la imagen de una primera dama?
Como figura pública es necesario vestirse de cierta manera que represente la dignidad de la posición que se ejerce.
Es claro que esa pinta no le favorece a nuestra primera dama. Lo que parece es que sus asesores intentaron darle un impacto pero de la manera que lo hicieron no mostró ser el estilo propio de María Juliana. Como figura pública es necesario vestirse de cierta manera que represente la dignidad de la posición que se ejerce. Este rango ya tiene en sí mismo una imagen adecuada y consistente. Es la transformación que vimos tener a Melania Trump y a Kate Middleton, entre otras, cuando llegaron a sus posiciones actuales. Ya no vestían para sus propios intereses y propósitos, ahora su rango les requería vestir para el servicio de la nación.
Puede ser exagerado la cantidad de atención que se dio en los medios colombianos a partir de las imágenes de las dos primeras damas en la Casa Blanca, pero lo que podríamos afirmar es que la imagen de las primeras damas está a la altura de los asuntos políticos y económicos. También podemos afirmar que la representación de las primeras damas en eventos públicos siempre será motivo de imagen. Lo sucedido podría ser más un llamado, a que tanto los diseñadores como las figuras públicas identifiquen cuál es su propósito respecto al evento para el cual se viste.
El cambio de imagen al convertirse en figura pública.
Una primera dama no se viste con lo que está de moda, porque su posición trasciende ‘trends’. De por sí, una figura pública que se vista a la moda se pordebajea. Pone a diseñadores u otros como autoridad sobre ella y debería ser lo contrario.
El caso de Kate Middleton ha sido el más exitoso en esta cuestión. La foto muestra cómo vestía antes de ser Duquesa de Cambridge y como viste ahora. Kate repite pinta a menudo; a veces lo hace por simple conveniencia y otras veces por delicadeza con su audiencia -la prensa. Por ejemplo, ella tuvo el tacto de repetir pinta cuando no quiso llamar la atención en el matrimonio de su cuñado. Ella lo hizo para que la prensa hablara del vestido de la novia (Meghan) y no el de ella, pues de su vestido ya se había comentado en el pasado y cualquier mención hubiera sido ‘noticia vieja’. Esto demuestra la virtud de prudencia. Esto implica parar y reflexionar sobre nuestras palabras, acciones y en este caso, sobre la presentación personal. ¿Es lo apropiado? Refleja mis intenciones, cualidades y autenticidad? Kate Middleton tiene un Master en Historia del Arte, así que entiende muy bien la importancia del estilo personal como forma de arte y su impacto en la sociedad.
En el caso de María Juliana, ya la hemos visto con atuendos que muestran su estilo personal y lo hace consistente con el rango que ejerce. Lo acertado aquí habría sido no seguir la propuesta de los diseñadores sino que trabajaran una propuesta que atendiera los requerimientos de una Primera Dama, conectando con su autenticidad y el buen gusto de María Juliana. Soltar y ponerse en manos de quienes no supieron interpretar su esencia, su figura y la ocasión para la cual vestía fue un error. Correr este riesgo es tomar una decisión de ganar o perder y luego asumir las consecuencias de su elección. Lo aprendido aquí nos refuerza lo que siempre hemos sabido; ¡nadie sabe más de ti, que tu misma! Por eso confía en ti y desarrolla una filosofía del vestir para que aciertes con tu imagen y cumplas con los objetivos que te has propuesto alcanzar!